Soy culpable de embriagarme de los anhelos,
de la pasión, de los sueños,
que tu piel envuelve.
Soy culpable de amar
a través de ella todo lo que tú interior
hace manar.
Soy culpable de extasiarme
con el color de tus sentimientos
y luego asomarme al mar de tu mirada
para verlos brotar.
De sentir las caricias que nacen
de tus mas profundos anhelos
y desear tomar tus manos para que las dibujes
sobre mi cuerpo.
Soy culpable de estar sedienta
de la esencia que en tí guardas
y desear beberla en tu boca,
en tus poros, en el manantial
que tus deseos desborda.
Respirarla en tus suspiros,
escucharla en la música de tus latidos.
De desear impregnarnos de sus emociones
y convertirlas en gemidos.
Soy culpable
de desear que nos amemos
piel y deseo,
materia y espíritu
en lo que somos mujer...
el momento que vivimos.
Quidam
