El museo Pushkin de Moscú salda una cuenta pendiente con Salvador Dalí - vetado durante décadas en Rusia - al presentar la mayor muestra antológica del artista catalán en el país.
Para la desaparecida Unión Soviética el surrealismo era un arte políticamente "incorrecto" y Salvador Dalí un pintor "corrupto que coqueteaba con los fascismos, hacia gala de un catolicismo delirante y sentía una pasión desmedida e irrefrenable por el dinero".
El gran interés por Dalí y su musa Gala, de origen ruso, ocasionó largas colas y unas 250 MIL visitas en dos meses.
La exposición diseñada por el pintor ruso y escenógrafo del teatro Bolshoi, Boris Messerer, acoge hasta hoy más de un centenar de óleos, acuarelas, dibujos y varias fotografías. Todas, obras de la colección de la Fundación Dalí, que a golpe de talonario ha destinado unos 70 MILLONES de euros en los últimos 18 años a recuperar piezas del artista.