Vivo...
en un mundo de ausencias infinitas
de presencias intangibles,
de vacíos incontenibles,
que por los poros se derraman.
Vivo en el laberinto de los espejos,
buscando siempre la imagen exacta.
En un desierto de humedades
donde los oasis se desatan...
formando un mundo de sueños,
poblado por espejismos eternos,
por donde el alma...
navega en inmensos océanos
y... naufraga.
Será el naufragio un comienzo...
donde el alma, sembrada de caracolas,
de corales,
pueda volar entre arrecifes.
Será el naufragio un comienzo...
donde el alma, sembrada de caracolas,
de corales,
pueda volar entre arrecifes.
Y te odio y te amo
por esta soledad tan poblada...
Quidam
me gusta la melancolía del poema.
ResponderEliminarHola David,
ResponderEliminarSi David, es un poema lleno de melancolía, de búsqueda...de anhelos...
Me alegra que te haya gustado.
Gracias por tu visita y por tus palabras