En el cielo tu luz,
abre la herida de mi pecho,
que inundada de blanca espuma
duele y sana...
como la sal del oceano,
que ocultas tras tus senos de plata.
En la marea de tus entrañas me mece
la locura incierta de un amor
que duerme en tu blancura inmaculada.
Quidam
Algo así como un no querer con la mente y un desear con el corazón pero dicho de manera bella y poética...
ResponderEliminarAbrazos.
Si Tomas, es algo asi. A veces la cabeza tiene que decir no, aunque el corazón grite lo contrario.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo